Cada proyecto, cada programa, cada plan; en
definitiva cada peso invertido en mejoramiento en la calidad de vida de
nuestras familias chilenas, depende del acuerdo entre entes públicos. Los
cuales, lógicamente, son administrados por personas que mayoritariamente son
parte o adhieren a algún partido político (por algo están en esos cargos).
Y convertimos lo público en temas partidistas. Y
aquí entramos a una zona de conflictos existenciales tan añejos como los mismos
líderes de cada partido. Dejando en manos de estas personas (como dicen ellos:
con una inmensa vocación social y pública, que hace pensar que muchos son
primos hermanos del Padre Hurtado), el futuro de tantas familias, de tantos
territorios y de mucha gente que requiere el apoyo del Estado para salir
adelante y por ende mejorar su calidad de vida.
Creo firmemente que la pobreza en Chile no es por
falta de recursos, sino por falta de conciencia social, por exceso de
divisiones partidistas y por egos organizacionales inútiles que hacen que
quienes manejan nuestros territorios protejan sus bancadas y sus carreras
políticas, olvidándose de la vocación pública y social alabada en sus campañas.
Por eso confío en los procesos sociales y en las
organizaciones comunitarias, aquí se hace verdadera política; aquella en donde
el trabajo de todos y la capacidad de desarrollar ideas; lleva a lograr
objetivos comunes (avísenle a los políticos de esto). Esperamos que en todos
los territorios la gente se esta reuniendo y analizando sus procesos locales y
sean ellos quienes lideren los verdaderos cambios que se necesitan, no los que
las bancadas partidistas dicen ¡
SEGUIMOSUMANDO ¡