miércoles, 8 de enero de 2014

De lo que ellos creen y lo que nosotros sentimos; más allá del 58%.

Hablar de política en muchas casas se ha vuelto un tema intratable, que genera divisiones y para muchos; una conversación innecesaria y añeja. Es más entretenido conversar para saber cómo le ha ido al vecino y si la selección de futbol nacional pasará a la segunda fase en el mundial de Brasil.

Luego de escuchar y leer a muchos cientistas, especialistas e ingenieros de la política, que analizan la abstención de los ciudadanos en las últimas elecciones presidenciales, especialmente la segunda vuelta, comprendo la lejanía de la clase política con el ciudadano de a pie. La elite impermeable de nuestro país sigue mirando con alta miopía lo que sucede en el Chile común, social y muchas veces aspiracional.

Nos piden votar, nos piden participar, nos solicitan ser ciudadanos, cumplir con nuestros derecho/deber cívico y si no lo hacemos nos convertimos en unos “paria”, que después no nos quejemos, que si no votas no tienes opinión y muchos epítetos tradicionales.

La elite elige a la elite, el 58% de los chilenos ganamos menos de quinientos mil pesos, el 58% de los chilenos estamos endeudados con alguna Universidad, el 58% de los chilenos usamos el transporte público, el 58% de los chilenos vive en una casa de subsidio.

Quizás la mayoría de los porcentajes sea mayor, pero refleja que el ciudadano común, aquel que depende en gran parte de las políticas públicas impartidas por el gobierno de turno (educación, salud, vivienda, educación y transporte) no está “ni ahí” con elegir al político de turno. 

No porque no le interese que la calidad de vida de su familia y sus cercanos mejore, sino porque no confía en que alguna de las coaliciones políticas realice los cambios que Chile necesita, para que el ciudadano de a pie viva mejor.

Y la clase política continua desconectada de este 58%, más bien se preocupa de buscar culpables de porque pierden el gobierno, para el caso del gobierno saliente, o se preocupan de buscar una imagen para potenciar en 4 años más, para el caso del gobierno entrante.


Se ha perdido la sintonía reflejando la lejanía de esta elite con el chileno común, ese de a pie.